jueves, 16 de octubre de 2014

SAN JUAN DE GAZTELUGATXE





Gaztelugatxe no es mas que un islote cerca de las localidades de Bermeo y Baquio, a unos 45 minutos en coche desde Bilbao. En lo alto de la isla hay una ermita dedicada a San Juan cuyo origen se remonta al siglo IX O X, y que casi siempre suele estar cerrada. Enfrente otro islote, llamado Aqueche, es un paraíso para aves marinas y en su conjunto forman un biotopo protegido que va desde Baquio, hasta el cabo de Machichaco.







Durante su historia ha sufrido numerosos ataques, saqueos, incendios y ha sido destruida y reconstruida en varias ocasiones, por lo que la ermita actual no es tan antigua como yo pensaba.



Lo peculiar de este sitio es que el islote esta unido a la costa por un pequeño puente con dos arcos, y que para llegar a lo alto, donde esta la ermita, hay que subir por una estrecha escalinata de piedra que, según dicen, tiene entre 237 y 231 escalones. Yo no los conté pero no he encontrado un sitio donde confirmen una cantidad u otra.




Ademas de lo bonito del camino, que forman parte un viacrucis con sus correspondientes zig zag, lo que impresiona son las vistas, que a cada tramo te hacen parar para fotografiar lo que has recorrido, lo que se aprovecha también para descansar un poco.
No se puede recorrer el ultimo tramo de carretera en coche, por lo que es necesario aparcar arriba y bajar caminando por la carretera hasta el inicio de las escaleras, la bajada no es problema, pero a la vuelta se hace duro, especialmente si hace calor.

La mejor época para visitar San Juan de Gaztelugatxe es primavera u otoño, por la temperatura y también por la tranquilidad del lugar ya que hay menos turistas. Cuando yo estuve, a finales de agosto, subir la escalinata se convierte en un suplicio, pero es cierto que las impresionantes vistas te hacen olvidar rápido el calor, los sudores y el cansancio.





Hay numerosas tradiciones y creencias relacionadas con este lugar. Por ejemplo, en los huecos de las escaleras mucha gente mete los pies para curar sus callos. Al llegar arriba hay que tocar tres veces la campana para pedir un deseo o espantar malos espíritus. Ademas, bajo los arcos del puente que une el islote con tierra firme hay varias placas recordando el momento en el que fueron arrojadas al mar las cenizas de algunos difuntos.






Por mucho que había imaginado lo bonito que era este lugar, estar allí y verlo con mis propios ojos, subir esas escaleras y contemplar el paisaje desde todos los puntos de vista posibles, fue una experiencia impresionante que recomiendo a cualquiera.





No hay comentarios:

Publicar un comentario